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Alerta: Animales en el camino

Colisionar con un animal es un tipo de accidente relativamente frecuente. Pero cuando éste tiene un tamaño considerable, el siniestro supera la simple anécdota a lamentar, pasando a ser de consecuencias considerables, no solo hablando de los daños materiales del vehículo, sino de lo más valioso: la integridad de las personas que lo ocupan. 

Un gran porcentaje de conductores ha protagonizado una situación de riesgo donde ha intervenido un animal, cruzándose en su camino.  

Hay condiciones del ambiente, que también influyen generando estas situaciones, como por ejemplo, la poca iluminación, la niebla, la lluvia tupida; o como es el caso de lo que ocurre en la actualidad, que, debido a las restricciones de movilidad derivadas por la crisis del coronavirus, hay menor movimiento de personas, por ende, disminuyó la circulación de vehículos de todo tipo y frente a este desierto panorama, muchos animales comenzaron a transitar por zonas que antes evitaban, como es el caso de zonas urbanas en ciudades o rutas transitadas; generando situaciones de gran riesgo. 

Teniendo en cuenta esto, los conductores que han seguido circulando, se han enfrentado a situaciones riesgosas donde un animal ha sido el protagonista, causando accidentes leves, hasta más considerables, con pérdidas irreparables. 

La maniobras que un conductor atina a llevar a cabo cuando aparece intempestivamente un animal, son varias, por ejemplo, frenazos bruscos, volantazos, invasión del carril contario, salidas del camino. Todas significando un riesgo significativo, no solo para la persona que va conduciendo, sino para los ocupantes del vehículo y el resto de los circulantes. 

Cuando repentinamente aparece un animal, además del propio choque, el peligro reside en intentar esquivarlo dando un volantazo, lo que puede acarrear una pérdida de control del vehículo, causando probablemente, un accidente incluso más grave, involucrando a otros vehículos. La sugerencia frente a esta situación es mantener el volante firme y aplicar una frenada poderosa, esperando que los asistentes de seguridad del vehículo (ABS, control de estabilidad, asistente de frenada de emergencia) hagan su trabajo, para poder evitar el impacto o, al menos, que se produzca a la menor velocidad posible. 

Si la distancia con la que se cuenta es de unos 60 metros antes de impactar con el animal, habrá posibilidades de detener el vehículo, si la velocidad con la que se  viene manejando es como máximo de 80 km/h. Si la velocidad es mayor, seguramente se producirá el impacto. 

Si bien, no podremos evitar que un animal se cruce en nuestro camino, podremos tomar otras medidas que ayudaran mucho a evitar el choque, o por lo menos que sea lo más leve posible. Y a pesar de que no se pueden generalizar los consejos, ya que la casuística y el escenario del accidente pueden ser variados, se pueden mencionar algunas pautas muy generales que pueden resultarnos de utilidad. 

En primer lugar, al circular en circunstancias en que el riesgo es mayor, conviene aumentar nuestra atención y conducir preventivamente.  

Cuando se circula por zonas donde los bordes están cubiertos de matorrales altos que dificultan la visibilidad, lo ideal es reducir la velocidad. Y sobre todo en ciertos horarios, como el atardecer o la noche propiamente dicha, que hay más circulación de animales salvajes especialmente, por lo cual, además de ir despacio, se debe aumentar la dosis de atención. 

En algunos lugares, suele haber señalización para de advertir la posible presencia de animales salvajes, por lo cual, se debe prestar atención a estos signos; más si circulamos por vías que atraviesan zonas ricas en este tipo de fauna. 

Una de las cosas que puede molestar a los animales son las luces altas o de largo alcance, ya que los deslumbran y quedan desorientados; normalmente se quedan paralizados, pero en otras ocasiones, pueden correr sin parar, provocando una clara situación de peligro. En estas circunstancias se puede utilizar la bocina para ahuyentar al animal.   

En el caso de que el accidente sea inevitable, hay que tratar, en la medida de lo posible, de no esquivar el animal, ya que puede ser peor colisionar contra un árbol o con otro vehículo, sujetar el volante fuertemente y tratar de no impactarlo de frente sino en ángulo y siempre mantener la vista hacia donde queremos llevar el vehículo, para que de esta manera se pueda procurar detener el coche de una forma controlada. Una vez detenido, se debe señalizar el lugar del siniestro utilizando los triángulos reglamentarios y colocar los chalecos reflectantes antes bajar del vehículo.  Siempre es conveniente avisar a las autoridades competentes para que dejar constancia de lo ocurrido. 

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