Sobrepeso y Seguridad Vial
La Organización Mundial de la Salud (OMS) utiliza el IMC o índice de masa corporal (relación existente entre el peso y la talla) para identificar el nivel de grasa en un adulto.
1 de Mayo, 2019
Y define sobrepeso y obesidad como “una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud”. Si el IMC es igual o mayor a 25, hablamos de sobrepeso y si es igual o superior a 30, nos referimos a obesidad.
El cinturón mal colocado es muy frecuente entre las personas con sobrepeso. Por lo general se tiende a utilizarlo flojo aumentando el riesgo en colisiones.
Teniendo en cuenta estos criterios y según una encuesta de la oficina europea de estadística Eurostat, mientras en EE. UU. la población obesa se sitúa entre 27 al 28%, la Unión Europea le sigue de cerca, alcanzando niveles entre el 24-25% en tanto que estudios epidemiológicos evidencian que en poblaciones latinoamericanas 45 por ciento de los hombres y 38 por ciento de las mujeres presentan algún tipo de obesidad o sobrepeso lo cual debe poner en alerta a las autoridades viales por la alta proporción de personas con sobrepeso conduciendo vehículos particulares y también transportes de carga y pasajeros.
Fueron los norteamericanos, precisamente, los primeros en determinar la vulnerabilidad de las personas obesas en caso de accidente. El estudio más reciente es el que realizó el departamento de salud medioambiental y seguridad vial de la Universidad de Berkely, California (EE. UU.). Los resultados de esta investigación revelan que los conductores que tienen un IMC (Índice de Masa Corporal) por debajo de lo normal, es decir, los muy delgados, aumentan el riesgo de mortalidad un 19%.
El brazo fuera de la ventanilla es un indicador de un conductor displicente o que -simplemente- por su tamaño no encuentra comodidad.
Sin embargo, a medida que aumenta la masa corporal, esa probabilidad se incrementa aún más: un 21% si hablamos de obesidad en grado I (IMC entre 30-35), un 51% en caso de obesidad tipo II (35-40 de IMC) y un 80% más si es mórbida (IMC de más de 40). ¿Por qué? La razón principal es, que a mayor masa en movimiento, mayor energía cinética que debe disiparse y, por tanto, mayor fuerza de impacto.
La grasa no protege
Se tiene la creencia de que una pequeña capa de grasa resulta una protección añadida en caso de accidente. Esto no es así, ocurre justo lo contrario.
En caso de accidente, al haber más masa, se produce una mayor fuerza de impacto. Los cinturones de seguridad pueden funcionar correctamente, pero el asiento debe estar correctamente colocado, inclinado hacia atrás proporcionalmente al tamaño del individuo. El cinturón de seguridad reduce en cualquier caso significativamente la mortalidad (unas 2,6 veces más que si no se llevara); sin embargo, obviamente, tiene que estar abrochado.
Mayor impacto: Cuando los ocupantes son obesos, el impacto contra el tablero o contra los asientos, así como el de los huesos y órganos internos del cuerpo, son más violentos.
Por ejemplo, a 60 km/h el peso de una persona de 100 kg se multiplica por cincuenta, transformándose en una fuerza incontenible de 5.000 kg.
Antes de comprar un vehículo la persona con sobrepeso debe verificar que le resulte cómodo. Es preferible resignar un vehículo a viajar aprisionado entre el asiento y el volante.
Sin retención: Algunas personas con obesidad llevan el asiento muy cerca del volante. En caso de choque, el airbag puede producir lesiones y abrasiones en la cara y, además, el cinturón de seguridad no tiene suficiente recorrido para retener el cuerpo.
Cinturón bien puesto: En los ocupantes con mucha grasa en la cintura, la parte inferior del cinturón se desliza del hueso a las partes blandas del cuerpo y puede provocar lesiones internas. Conviene colocar el asiento en una posición recta y ajustar la cinta al hueso de la pelvis.
Menos eficacia: Los cinturones están diseña dos para adultos varones de 175 cm de altura y 90 kg de peso. Cuanto más alejado esté el tamaño de los ocupantes de ese modelo, menor eficacia de los sistema de retención. Como se ve el tema del “gordo al volante” no es para tomarlo a la ligera. Se producen muchas muertes a diario que podrían ser evitadas con sólo observar mínimas normas de prevención.
Tener sobrepeso no impide ser un conductor seguro pero los parámetros de seguridad deben ser otros y es conveniente que haya difusión sobre este tema tan poco difundido.
Manejar engorda
La revista American Journal of Preventive Medicine dio a conocer el año pasado un estudio concluyente sobre el mayor riesgo de obesidad en las personas que conducen mayor número de kilómetros anuales.
Durante aproximadamente 6 años se hizo un seguimiento a 9.160 participantes. De ellos, unos 1.044 conductores que comenzaron con peso normal, al término del estudio se convirtieron en conductores con sobrepeso u obesidad. A mayor uso del coche, mayor riesgo de engordar, aunque se haga deporte.
Antes de comprar un vehículo la persona con sobrepeso debe verificar que le resulte cómodo. Es preferible resignar el gusto por un vehículo en particular o el modelo a viajar aprisionado entre el asiento y el volante El conducir con un brazo fuera de la ventana no solo revela displicencia y desconocimiento de la conducción sino que también alerta sobre una persona con sobrepeso al volante. Sus reacciones bajo estas circunstancias seguramente serán más lentas que las de un conductor alerta.
Bajar del coche cuando hay poco espacio también supone un problema para los conductores excedidos de peso. El tamaño de la apertura de la puerta es un detalle a tener en cuenta a la hora de la compra, sobre todo, si se deja el vehículo en garajes.
Malos hábitos
• Es frecuente que el conductor obeso lleve el respaldo muy inclinado y, por tanto, tampoco sitúe el reposacabezas de manera adecuada para la conducción.
• La dificultad e incomodidad que causa el ajuste del cinturón hace que prescindan de él con frecuencia.
• El conductor obeso tiene limitada la movilidad, lo que dificulta las maniobras.
• Al estar incómodo por el poco espacio, tiende a sacar el brazo izquierdo por la ventanilla.
• Suele llevar comida en el vehículo para consumirla en los desplazamientos, con riesgo de distracción visual.
• Son conductores que padecen con más frecuencia somnolencia acentuada por la digestión.