Contextualización en la especialidad de Tráfico de Transporte Automotor de Carga de larga distancia
La creación de rutas y caminos surgió de la necesidad de comunicación entre los pueblos, entre las distintas regiones del país y el continente para el intercambio de bienes y servicios. Al permitir el transporte de alimentos y de materiales para la construcción de obras, junto al abastecimiento de escuelas, hospitales y otros servicios necesarios, su existencia se convirtió una herramienta esencial para el desarrollo social y económico de las poblaciones. Junto a ellos, el transporte automotor de cargas pasó a cumplir un importante rol en la sociedad desde su aparición. En la década del ’20 se construyeron las primeras autopistas en Europa y, en América, la ruta o carretera Panamericana, que permite atravesar todo el continente de Norte a Sur (Alaska a Ushuaia). En nuestro país la longitud total de la red nacional de caminos al 30 de diciembre de 2014 es de 40.193,72 km. (DNV, 2014). Con la creación de caminos a gran escala y con la fabricación de vehículos automotores y el avance tecnológico de los mismos, el transporte automotor de cargas sufrió grandes cambios a partir del siglo XX dejando atrás en proporción a los vehículos de carga de tracción a sangre. A mediados de la década del cincuenta el transporte automotor de carga comenzó a ocupar más mercados debido a una disminución de la operatividad ferroviaria (el cual nace en la segunda mitad del siglo XIX). A fines de la década del ’50 y principios de la del ’60 se produce un fuerte salto en la cantidad de operadores independientes. En la actualidad, con la fabricación de vehículos cada vez más veloces y con el gran número de personas y mercancías que transitan, algunos puntos del territorio que antes parecían distantes ahora se acercan. El 95% de los desplazamientos de mercaderías en recorridos de larga distancia son responsabilidad del modo carretero y casi un 5% del modo ferroviario. En las últimas décadas ocurrieron profundos cambios en el transporte de cargas: al incorporarse el concepto de “logística” en la actividad, cambió radicalmente el comportamiento de la demanda. El cliente ya no busca el precio más bajo por el transporte de sus productos sino la optimización del movimiento completo de los mismos, incluyendo además el almacenamiento, el cuidado de las cargas, el cumplimiento de los horarios de salida y arribo en los tiempos preestablecidos, etcétera. La logística es la actividad que incluye el transporte de las mercaderías, su almacenamiento y distribución y que encadena, en tiempo y forma, las diferentes fases del movimiento de los bienes desde el origen hasta el destino final, incluyendo, en varios casos, el manejo de la documentación requerida. Esta mayor complejidad de la actividad afecta a la organización del trabajo incorporando las tareas del conductor de transporte de carga dentro de un esquema donde la flexibilidad de los tiempos es aun menor.
Descripción general del proceso
El proceso de trabajo del conductor de transporte de carga por carretera es una actividad compleja de caracterizar ya que en la misma intervienen múltiples factores entre ellos: el tipo de carga que se transporta, el lugar de inicio y destino del viaje, los trayectos que realiza y el tiempo de trabajo. Cabe destacar que este último es un factor dinámico y varía en función de las distancias que debe recorrer entre el lugar de origen y el destino al que debe llegar. Si bien las jornadas están establecidas por el convenio colectivo de trabajo 40/89 (8 hs. de lunes a viernes y 4 hs. los sábados) en la práctica puede no cumplirse debido a que es muy difícil diferenciar entre días laborales y fines de semanas, además de la restricción para circular durante feriados, en temporada estival con el recambio de quincenas y actualmente en horarios picos durante los ingresos y egresos a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Disposición No 19/ 2009 Subsecretaría de Transporte Automotor; Disposición No 421, 232, 627/ 2012, 255 y 333/ 2013 de la ANSV; Resolución Nº 161/2014 DNV). Esta actividad se ve altamente influenciada por este factor. Por el contrario, el trabajador debe adaptarse a los ciclos de trabajo de sus viajes que son organizados en función de las demandas y requerimientos de la empresa y de la carga que se transporta como en los casos de cargas refrigeradas. El proceso de trabajo inicia en el momento en que el conductor cuenta con la carga en el vehículo sin embargo en ocasiones el dador de carga no es el único responsable de situarla en el acoplado y el conductor debe participar en ambos procesos. Luego de verificar el estado de la unidad y controlar la carga con la documentación que acredita a la misma, inicia el viaje transcurriendo la mayor parte del tiempo dentro de la cabina del vehículo (posición sentada), deteniéndose periódicamente para verificar la unidad y controlar la carga, para descansar o aprovisionarse. Mientras conduce, el camionero no está aislado del exterior, por el contrario, se encuentra en relación y conexión permanente con su entorno en estado de alerta para lograr anticiparse a posibles imprevistos de la conducción, es una actividad solitaria que no permite distracciones.
Su medio ambiente de trabajo no se circunscribe a la cabina, sino que está compuesto por toda la unidad (acoplado, furgón, plato), la carga (la misma debe ser bien distribuida asegurando que no se desplace durante el movimiento de transporte), el lugar por donde transita (caminos y rutas) y los sitios donde se detiene a descansar o aprovisionarse (paradores, estaciones de servicio entre otros), etc. El viaje es la etapa del proceso donde puede presentarse la mayor cantidad de riesgos como accidentes por choques, colisiones, caídas, golpes, entre otros. Finalmente, al llegar a destino con la carga, el trabajador deberá controlar la misma y en algunos casos cooperar con la descarga. Luego deberá descansar y preparar el viaje de retorno, donde los riegos a los cuales puede estar expuesto serán similares o con pequeñas variaciones de acuerdo a la presencia o la ausencia de carga.
A continuación se analizarán los riesgos más comunes a los cuales puede estar expuesto el conductor de transporte de carga por carretera durante su jornada:
Riesgos de accidentes (Caídas, Torceduras, Cortes, Golpes, Picaduras) Entre los accidentes que pueden desarrollarse se encuentran las caídas desde diferentes o el mismo nivel, torceduras de pie o rodilla, cortes o golpes en múltiples zonas del cuerpo ocasionadas durante el descenso o ascenso de la unidad. En el caso del transporte de granos y/o frutas, el conductor puede sufrir picaduras de insectos u otros vectores transmisores de enfermedades que se encuentran entre la carga pudiendo desencadenar reacciones alérgicas cuya gravedad dependerá del agente que intervenga (arañas, alacranes, escorpiones, roedores entre otros)
Riesgo de Exigencia Biomecánica (Esfuerzo o fuerza física)
Suele suceder que durante las verificaciones de la unidad y de la carga, el conductor realice un esfuerzo físico derivado del trabajo que podría repercutir en el sistema músculo esquelético.