Flexibilidad de horarios: una solución para el congestionamiento.
Las rutas vacías, viajes holgados y tranquilos, calles sin ruidos; todas las medidas tomadas a partir del advenimiento de una pandemia como es el Covid-19, principalmente las restricciones de circulación y el confinamiento, han demostrado que las condiciones de tráfico pueden mejorar, y en consecuencia la salud mental y física de todos los ciudadanos. La solución vendría de la mano de la flexibilidad, una salida para el congestionamiento y el estrés que el tránsito genera a diario.
La crisis de la pandemia ha llevado a la conclusión que si se realizara un ajuste en las horas de entrada y salida a los lugares de trabajo, aunque sea por unos pocos minutos, hacia arriba o hacia abajo, bastaría para repartir las horas de circulación y de esta manera aliviar la congestión habitual, cuando las circunstancias permitan regresar por completo a la normalidad.
Este reajuste en los horarios y los ritmos de los conductores, no solamente serviría para evitar congestionamiento de tránsito, y todo lo que trae aparejado que es riesgoso y posibilitador de accidentes, como es el caso de nerviosismo, irritabilidad, reacciones bruscas, impaciencia. Sino que daría como resultado final el ahorro de muchas horas que se pierden habitualmente en los atascos, por lo cual todos lo demás peligros desaparecerían.
Estas pequeñas modificaciones en los horarios, brindarían solución a un gran problema, que interfiere directamente en la vida de las personas; aplicando un reajuste en los horarios, facilitaría la vida cotidiana, no solamente de los trabajadores, que se verían beneficiados no perdiendo tanto tiempo en los atascos, llegando a tiempo a lugar de destino y disminuyendo el estrés que producen habitualmente estas situaciones, sino también los demás agentes de tránsito que encontrarían el rédito ya que podrían circular más holgadamente al estar el tránsito más repartido.